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OPERATIVO DE EVACUACIÓN AEROMÉDICA La Fuerza Aérea Argentina trasladó desde la Base Eduardo Frei de la República de Chile a continente a un suboficial del Ejército Argentino que presentaba una afección por ingesta de material tóxico, quien se encontraba destinado en comisión en la Base Antártica Carlini -- |
El 12 de mayo en horas de la mañana, el Departamento de Operaciones en Desarrollo dependiente del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la FAA, notifica a la I Brigada Aérea de El Palomar la necesidad de realizar una evacuación aeromédica desde la Base Chilena Frei hacia continente. Se trataba del suboficial mayor Florentino Ariel Vázquez, personal del Ejército Argentino destinado en comisión en la Base Antártica Carlini, el cual presentaba una afección por la ingesta de material tóxico, cuyo requerimiento fue realizado por el Comando Conjunto Antártico. A partir del aviso de la necesidad de evacuación se activa el Servicio de Evacuación Sanitaria, dependiente de la Fuerza Aérea Argentina y a cargo de personal médico especializado, se procedió a la configuración de la aeronave C-130 Hércules a emplear para dicha tarea. El personal designando inmediatamente se puso en contacto con el médico de la Base Antártica Carlini a fin de definir el estado del paciente. A las 18.30 h despegó el C-130 Hércules de la I Brigada Aérea con destino a la Base Militar de Río Gallegos. Ya aterrizados, se inició la preparación de la aeronave por parte de personal técnico para la operación en pistas sub-estándar y además se efectuó el briefing meteorológico y operativo, donde se corroboró con el médico aero-evacuador el estado del paciente y las necesidades a considerar durante la misión: evacuación aeromédica desde la Base Antártica Chilena Frei con destino al aeropuerto de Río Gallegos En una entrevista exclusiva para Noticias en Vuelo el comandante de la aeronave C-130 Hércules, vicecomodoro Marcelo Alejandro Pulenta nos relata que:“Finalizado el briefing, se concluyó que el pronóstico meteorológico no era muy alentador y de existir una ventana de operación, sería muy reducida con condiciones muy cerca de los mínimos para operar. Asimismo, se generó la coordinación telefónica con el Centro de Operaciones Aéreas de la IV Brigada Aérea chilena con asiento en Punta Arenas para la operación aérea del aeródromo Tte. Rodolfo Marsh en la Base Aérea Antártica Presidente Eduardo Frei”. El 13 de mayo se realizó un nuevo briefing realizado al pie del avión con toda la tripulación y el parte meteorológico tuvo las mismas conclusiones obtenidas de la noche anterior, una ventana de tiempo muy reducida y operando al límite de los mínimos de meteorológicos requeridos para el aeródromo. Sin embargo, se despegó de Río Gallegos a las 7:50 h con un reporte meteorológico adverso para la operación, el cual condicionó a la tripulación a solicitar constantemente durante el vuelo, a través de comunicaciones aeronáuticas, el reporte meteorológico actualizado de la zona. “Ya próximos al descenso, se solicita una vez más, el reporte meteorológico del aeródromo, y nos informan que el mismo se encontraba con reducción de visibilidad por bancos de niebla en la zona y con techos de nubes próximos a los mínimos de la carta de aproximación, asimismo nos informan que la pista se encontraba cubierta de una capa de hielo, que generaba que las condiciones de frenado fueran deficientes, por lo que un equipo de trabajo de la Base chilena se encontraba realizando el rayado de la superficie, para poder aumentar así el coeficiente de frenado de la misma”. Durante el vuelo el comandante realizó el briefing para el aterrizaje donde hizo hincapié en las condiciones de la pista, los riesgos que podía generar, y los procedimientos a llevar a cabo por cada miembro de la tripulación, por lo que deciden asumir el riesgo y realizar el aterrizaje. Es de destacar el adiestramiento de la tripulación para operar frecuentemente en el continente antártico, quienes poseen el suficiente grado de experiencia para afrontar una situación de estas características. Y sobre todo la urgencia derivada de la necesidad de evacuación del personal del Ejército Argentino con una afección que podría empeorar con el pasar de las horas. “Durante el aterrizaje, la efectividad de los frenos fue deficiente, utilizando máximo reversible de los motores hasta prácticamente la detención de la aeronave. Este aterrizaje se produjo a las 10:50 h. Se estacionó la aeronave en la posición indicada por la torre de control, y se operó con los motores en marcha, a efectos de minimizar los tiempos en tierra. El médico aero-evacuador junto con la enfermera descendieron e hicieron la evaluación del paciente y confirmaron que estaba en condiciones de ser evacuado por modo aéreo, lo acompañaron a embarcar, lo hizo por sus propios medios, y lo ubicaron en la camilla “Merlin” (camilla utilizada para aero-evacuaciones de pacientes con afecciones de mediana complejidad), se lo acondiciono para el traslado aéreo, colocándole suero y oxigeno, monitoreando constantemente sus signos vitales.” A las 11:20 h se efectuó el despegue de la Base Antártica Chilena Frei hacia la Base Militar Río Gallegos, desde allí se trasladó al paciente al Hospital Militar de la mencionada ciudad donde se le brindó la asistencia sanitaria. Simultáneamente se ordenó el despegue a las 15:20 h de la aeronave Fokker F-28 perteneciente al Escuadrón II de Transporte Aéreo de la I Brigada Aérea en configuración sanitaria hacia la BAM de Río Gallegos aterrizando a las 22:10 h, el cual trasladó posteriormente al paciente a Buenos Aires. Los riesgos y las complejas coordinaciones que se tuvieron que realizar en este tipo de operaciones ponen de manifiesto que el personal que llevó a cabo las tareas encomendadas son el reflejo de una Fuerza que no se detiene. Una Fuerza que en sus filas forman hombres y mujeres capacitados y adiestrados dando tranquilidad a todos aquellos argentinos desplegados en el continente blanco, porque sin importar las circunstancias adversas, la Fuerza Aérea irá en busca de su resguardo. |